Ni cola de león ni cabeza de ratón. El CAEL rugió sobre el final del partido y consiguió una ajustada victoria ante Atl. Uruguay. Con un gol en contra de la visita y un cabezazo de Fede Rúgolo cuando quedaban 5’ para el final, los de Meske volvieron al triunfo en el Leonardo Costa. Gabriel Gallegos había empatado transitoriamente para los de Entre Ríos. Quedan 2 partidos para el final del Clausura y el Azul tiene chances para clasificar.
Semana para el olvido. Mejor dicho, semana para recordar y no volver a repetir. Comenzó el miércoles, con la dolorosa derrota ante Gimnasia de Santa Fe, uno de los equipos más flojos de la zona. Ese día, el CAEL jugó mal, se mostró sin alma –acaso extrañando demasiado a Millares y Schiavi- y lo pagó carísimo: derrota por la mínima ante un rival que no demostró mucho -más bien, poco-, con silbidos y reproches de parte de su gente incluidos.
El sábado, fue el turno del otro equipo débil del torneo, Atlético Uruguay. Y, esta vez, a pesar de sumar de a tres -en un momento en que los puntos son más que necesarios para pensar en clasificar-, el conjunto de Meske volvió a mostrar una pálida imagen. Lejos, a años luz, de aquel equipo invencible que supo ser en el Apertura.
Si el equipo extrañó a Lucho y a Fabio en el encuentro ante el Pistolero de Santa Fe, esta vez no había excusa: ambos estaban en condiciones de retornar y así lo hicieron. Aunque ahora no estaba otro estandarte del equipo: el gringo Andrés Alonso se fue golpeado en su cabeza en el cotejo anterior y no pudo estar. Por eso, estuvo desde el arranque Diego Romera (de aceptable labor ante Gimnasia). Y Meske decidió más movidas en el primer equipo: afuera Rúgolo, que fue criticado duramente por los hinchas durante la derrota ante Gimnasia; también Pablo Zárate y Germán Díaz. En fin, el esquema (4-3-1-2) para recibir a Atlético fue el mismo que tres días antes pero los actores fueron otros: Cañón, Schiavi, Romera y el retorno de Gómez en la defensa; García, Ale, Rivoire y Rosales (unos metros más adelante) y Millares junto a Antonelli en el ataque.
La visita también llegaba herida, aunque con el corazón lleno de fe. Por un lado tenía considerables bajas para enfrentar a El Linqueño, algunas por suspensiones, otras por lesiones y también por razones laborales. Pero, por el otro, el miércoles anterior había bajado a otro de los candidatos de la zona, Libertad de Sunchales. Por eso, el DT Cruassar apostó fuerte a este partido y dispuso un esquema ambicioso: tres defensores, cinco volantes y dos delanteros. Aunque, en la mayor parte de juego -determinado por el nivel de los de Concepción y también por el empuje del Azul-, los visitantes defendieron con cinco hombres en la última línea y con cuatro volantes en el medio.
Quedaban 9 puntos en juego y, tanto para uno como para otro, conseguir más de 1 en la tarde de sábado no era un tema menor. Pero el CAEL, a medida que pasaban los minutos, chocaba una y otra vez con sus propios fantasmas. Esos que han aparecido en los últimos partidos. Una defensa que dudaba más veces que las que acertaba, un mediocampo que no ofrecía contención y tampoco generaba juego y un ataque que llevaba peligro más por el historial cercano de sus hombres que por su momento actual. La receta de los de Meske se repetía en los primeros minutos y, después de un par de subidas de Martín García y Lucas Cañón por la derecha, llegó el primero de la tarde. Aunque, por lo hecho por ambos equipos, el 0-0 parcial se ajustaba casi a la perfección. El albiazul tenía alguna ventaja en el trámite, pero conseguida más por sus ganas que con su juego. Martín desbordó otra vez por derecha y buscó a Antonelli que entraba por el centro del área. Pero antes se cruzó Guillermo Cuenos, uno de los stopper de Atlético. Y, en su afán por rechazar e impedir algún intento de Maxi, el 4 la definió como un delantero. A la derecha de Carrizo, que nada pudo hacer. Sí, gol en contra. Buena definición, aunque en su propia meta. Festejo contenido del azul, por cierto. A nadie le gusta festejar un tanto de esos. Pero el 1-0 era necesario y la gente -poca, la menor concurrencia en lo que va del torneo- lo gritó como si lo hubiese hecho uno de los suyos. Iban 15’, y los abrazos fueron para Martín García, el que se animó, desbordó por derecha y terminó siendo el último de los locales en tocar la pelota. Ese gol hizo imaginar que al CAEL se le abría el partido. Que todos los caminos rumbo al 1 visitante iban a ser más corto, más fáciles. Pero El Linqueño mostraba falencias importantes que poco a poco lo fueron llevando contra su arco.
Así fue y a los 30’, los de Concepción igualaron el marcador. La tercera es la vencida, dicen… Corner desde la izquierda al primer palo, Maxi defendiendo envía otra vez al tiro de esquina. Una vez más Trovalesi envía al primer palo y Maxi gana y afuera. Dos centros parecidos, casi idénticos. Atlético Uruguay lo práctico un par de veces desde el corner y lo concretó en la tercera. Otra vez al primer palo pero ésta Antonelli no ganó. Sí lo hizo el líbero Gallegos que peinó con destino de gol. No llegó Vallejos y la cosa otra vez como al comienzo.También el CAEL siguió igual. Sin rumbo, sin claridad, con intención pero sin ideas. Buscando a Millares -que no fue el de otra veces- y con Antonelli demasiado lejos de Carrizo, el 1 de Atlético. García ofrecía proyección por derecha, también Cañón. Lo mismo hacía Rubén Gómez por izquierda. Pero no alcanzaba. Las pelotas que se perdían en el medio eran puro sufrimiento en el fondo, que no terminaba de organizarse. Alé estaba lejos de su nivel y, ni quitaba ni generaba. Tampoco Juan Pablo Rivoire, que nunca terminaba de conectarse. La esperanza del hincha azul estaba depositada en el ST. A esperar los 15’ del descanso entonces.
Meske mandó desde el arranque del complemento a Germán Díaz y lo dejó a Rosales en el vestuario. Con el de Roberts, el azul mostró en esos primeros minutos una actitud diferente. El zurdo fue uno de los puntos más altos en los últimos partidos del albiazul pero esta vez estuvo en el banco y, en muchos momentos del ST, aportó para cambiar algo la imagen de su equipo. El albiazul mostraba mayor dinámica y ponía mucho esfuerzo en ese complemento para quedarse con la victoria, aunque seguía sin el juego necesario pero mostraba otra faceta. A los 3’ se había quedado sin Fabio Schiavi lesionado- y Fede Rúgolo había ingresado para ocuparse del sector derecho del mediocampo. Entonces, Martín García se había acoplado a la defensa y Cañón hacía dupla con Romera. El CAEL buscó por dentro y también por fuera, mandando centros que poco a poco hacían crecer -paradójicamente- la figura del bajo arquero visitante. Las más claras estuvieron, en dos oportunidades, en la cabeza del MaxiGol, pero sirvieron para que el 1 Carrizo se luciera. Por su parte, cada contra de la visita era peligrosa para El Linqueño que quedaba, las más de las veces, a contrapierna y con poquísimos hombres en la defensa.
Las situaciones para el local habían estado en pelotas áreas y, tuvo que esperar, pero encontró por ese camino a los 40’. Gran centro al segundo palo de Rivoire y cabezazo goleador de Maxi… No, no: cabezazo goleador del Laucha Rúgolo. Ese que, desde aquella entrada en reemplazo de Fabio Schiavi, fue reprochado en reiteradas oportunidades desde la popular y desde la platea. El mismo que se fue silbado el miércoles cuando dejó su lugar en el ST a Martín García. Fede Rúgolo ganó en el vértice en el área y metió un fuerte remate de cabeza, que no pudo ser rechazado por Núñez, quien desvió la trayectoria del balón pero, al fin de cuentas, terminó en la red. El volante surgido en las inferiores azules descargó toda su bronca en ese festejo. La montaña de jugadores en la que se sumergió gritó mucho ese gol, que a minutos del final reencontraba al CAEL con una victoria en su casa.
Así, finalmente, el azul pudo quebrar una defensa que, como podía, dejaba sin chances una y otra vez toda intención del albiazul. Así, el CAEL se aferraba nuevamente a su ilusión. Sin jugar bien, pero con mucho amor propio, conseguía después de tres partidos sin victorias, tres puntos para mantener la esperanza de clasificar una vez más.
Quedan dos fechas, seis puntos en juego y, enfrente, dos rivales con mucha ambición: Juventud de Gualeguaychú y Sportivo Las Parejas. El próximo fin de semana será el turno del primero, en tierra de carnaval y río. Con la intención de sumar de a 3 pero, fundamentalmente y pensando ya en los play off, pensando en recuperar el juego perdido, el CAEL viajará a Entre Ríos.
SINTESIS:
El Linqueño 2: César Vallejos, Fabio Schiavi, Rubén Gómez, Lucas Cañón, Abdel Ale, Diego Romera, Juan P. Rivoire, Martín García, Maxi Antonelli, Lucas Rosales y Luciano Millares. DT: H. MESKE
Suplentes: Lucas Giardullo, Pablo Zárate, Federico Rúgolo, Germán Díaz y Nicolás Trecco.
Atl. Uruguay 1: Rubén Carrizo, Gabriel Gallegos, Próspero Kindernech, Guillermo Cuenos, Claudio Ugón, Diego Béñez, Victor Balbi, Mauricio Núñez, Lucio Trovalesi, Cristian Oyarbide y Angel Gómez. DT: P. CRUASSAR.
Suplentes: Pablo Ricotti, Juan Ríos, Leonardo Folgueiras, Rodrigo Alba y Javier Fumarelli.
Goles: PT 14’ Cuenos –en contra- (EL), 30 Gallegos (AU) y ST 40’ Rúgolo (EL)
Cambios: Díaz por Rosales, Rúgolo por Schiavi (EL); Alba por Oyarbide, Fumarelli por Trovalesi y Folgueiras por Béñez (AU).
Amonestados: Schiavi, Antonelli, Rúgolo y Rivoire (EL); Ugón y Balbi (AU).
Arbitro: M. Juárez (Alcorta)
Estadio: Leonardo Costa: