Una buena ventaja en el PT, con los dos tantos de Millares -acompañada de buenos pasajes de fútbol del Azul- no fue suficiente para traerse una necesaria victoria desde La Emilia. El Pañero lo empató con goles de Alfeirán y Gorosito en el complemento. Ahora, a pensar en una semana con dos partidos para ganar y acercarse a los de arriba.
Se sacó la camiseta, la revoleó. Corrió más fuerte que nunca, buscó a la popular albiazul, se acercó al banco de suplentes. Se abrazó con sus compañeros, dedicó su gol, gritó más fuerte otra vez. Y otra vez…. Se desahogó. No una, dos veces. Unos minutos más tarde, una escena parecida. Aunque sin quitarse la 10. Fue Millares… Luciano, claro. El “Lucho” anotó dos y le dio al Azul la ventaja parcial, holgada. Que permitía una transitoria tranquilidad. Pero esa arremetida en el PT, fundamentalmente, era la respuesta-acto-reflejo de un plantel golpeado durante la semana anterior. Esos gritos de festejo del 10 se multiplicaron en el resto de sus compañeros, los que estaban dentro y los que estaban fuera de la cancha.
Millares rara vez perdona. ¿Y por qué La Emilia tendría que ser una excepción? ¿No lo marcás bien…? Pues, casi una obviedad, lo padecés. Así fue a los 25’ y a los 36’. Una defensa local que se adelantaba tratando de empujar contra el arco de Vallejos ofrecía vulnerabilidad. Y el CAEL lo supo aprovechar en el PT, pero no en el segundo. Desde el arranque se pudo ver a un local decidido a quedarse con la victoria en su cancha y darle otro golpe más al albiazul. Y aprovechó las debilidades que mostró la defensa linqueñista en su sector izquierdo, donde Rivoire estuvo como marcador ante la salida obligada -por suspensión- de Rubén Gómez. Por eso las subidas de Huber por su carril derecho fueron una amenaza en los primeros minutos del partido, pero sólo eso. El empuje del marcador de punta era acompañado por el buen juego de Alfeirán, “Makanaky” Díaz y Cía, pero no lograban inquietar en demasía a los de Lincoln. El Azul leyó bien el trámite del juego en esos minutos, descubrió aquellas falencias en la defensa pañera y también comenzó a disponer de situaciones. Con Millares y toda su potencia como plus para castigar a Vergara, más algunas insinuaciones de Antonelli, se puso a tiro en cuanto a opciones claras de gol. Lucho desbordó por derecha y el MaxiGol ganó en lo alto por izquierda, en el segundo palo, haciendo esforzar al guardametas. Iban 19’ y era la más clara desde que el platense Quijano pitó en el minuto 0. El albiazul era levemente superior y tuvo su recompensa. En una contra, inteligentemente comandada por Germán Díaz -ingresó desde el arranque como volante por la izquierda- se puso en ventaja. El roberense tomó el balón en su sector y lo transportó algunos metros, advirtiendo que Millares se relamía esperando el balón frente a la solitaria marca del central Delorfanello. Entonces, el futbolista surgido en las inferiores de Atlético Roberts la cruzó con un gran pelotazo y el Lucho hizo lo suyo, con alguna complicidad de su marca, que dudó entre buscar la redonda y mantenerse pegado al delantero. Millares definió con clase ante la salida del 1 y estableció la ventaja inicial, merecida por aquellos minutos. El CAEL estaba mejor y era superior al Pañero. Y esa superioridad se puso en evidencia nuevamente a los 36’. Esta vez, la asistencia para Millares fue generada por Andrés Alonso. El Gringo metió en profundidad y, una vez más, Luciano no perdonó. 2-0 y más gritos, más festejos, más desahogo. Para los jugadores, para el cuerpo técnico que siguió encabezado por Meske y para los más de 150 pasionales que alentaron desde la tribuna. Final del PT con olor a goleada en el complemento.
Pero el olfato estaba errado o, al menos, en el trámite del complemento se cocinó un empate luchado para los linqueños. La Emilia, con Díaz, Suárez y Gorosito como puntales, empezó a apretar contra su valla al 11 de Meske. El mediocampo albiazul, con un Alonso dolorido y ya sin la garra de Ale, Rúgolo y Germán Díaz, no podía hacerse del balón. Arriba, Luciano y Maxi -no tuvo un buen segundo tiempo- estaban aislados. A los 21’, cuando el Azul se había metido atrás y sufría el acoso de los pañeros, que iban e iban a buscar el descuento, el buen volante central Matías Alfeirán la mandó a la red. El l5 había recibido la devolución de Bahilo –en dudosa posición- y puso a tiro a su equipo. De allí hasta la igualdad, el CAEL mostró su peor faceta. Y lo pagó 4 minutos después, a los 25’, cuando Huber desbordó por derecha y su centro encontró el cabezazo goleador de Luciano Gorosito. El empate pareció herir al albiazul, que poco a poco fue mejorando su nivel de juego. Comenzó a tener más el balón aunque no llegó a fastidiar a Vergara. Pasó algún momento de zozobra después del 2-2, cuando Bahilo desperdició para La Emilia una buena chance. Pero se dedicó a administrar con inteligencia el tiempo restante y optó por asegurar ese punto que atenuó una semana vertiginosa.
Con el empate logró bajar los decibeles y reducir la tensión de los últimos días. Es que se viene la cuenta regresiva para la etapa final del torneo (ésa que ya lo tiene clasificado) y una semana con dos compromisos en su casa. El miércoles, con las ausencias de Schiavi y Millares (suspendidos por amonestaciones) recibirá a Gimnasia de Santa Fe. El fin de semana será el turno de Atlético Concepción del Uruguay. Se vienen los dos colistas de la Zona D y la situación complicada de los rivales será otro escollo en este duro certamen nacional.
SINTESIS:
La Emilia 2: Vergara, Huber, Zuliani, Dellorfanello y Carabajal; Suarez, Videla, Alfeiran y Gorosito; Díaz y Bahilo (39 ST Ayala).
Suplentes: Bonti, Ibarra, Añlderete y Nardone.- DT: Diego Osella.-
El Linqueño 2: Vallejos, Zarate, Cañón, Schiavi y Rivoire; Rugolo, Alonso y Díaz (49 ST Romera); Ale; Millares y Antonelli (40 ST Rosales).-
Suplentes: Giardullo, Faccioli, y Trecco.- DT: Hernan Meske.-
Goles: 2/’ PT y 36’ PT Millares (EL), 21’ ST Alfeirán (LE), 25’ST Gorosito (LE)
Estadio Jacinto “Gato” López
Arbitros: Pedro Quijano; L1: Marcelo Ferreira y L2: Oscar Nestares (terna de La Plata).-
Con “dedicatoria”
Luciano Millares explotó en su festejo del primer gol y, en menor medida, también en el segundo. La frenética semana que vivió el Azul encontró su desahogo después de los 20’, cuando el 10 venció la resistencia de Delorfanello primero y del 1 Vergara, después. Millares se sacó la camiseta, corrió raudamente hacia la popu visitante y le “dedicó” su golazo a uno de los hinchas que viajó hasta La Emilia.
Pocas luces
La limitada luz artificial del “Jacinto López”, el estadio de La Emilia Fútbol Club, es sentimental o algo por el estilo. Es que durante el festejo del primer tanto del albiazul, tres de los reflectores (situados sobre la tribuna popular visitante y el banco del CAEL) se apagaron y no volvieron a encenderse durante el resto del encuentro. Por eso, durante el segundo tiempo, sobre el sector derecho de la defensa del elenco de Meske la visibilidad era reducida… por falta de iluminación, claro.
Aplausos para Meske
Después de la semana de la renuncia y la vuelta de Hernán Meske, la parcialidad albiazul que se llegó hasta La Emilia recibió con una gran ovación al DT . También, la popular linqueñista (que se ubicó detrás del banco de suplentes) ofreció una colorida recepción a sus jugadores, que incluyó –además de los tradicionales cánticos- globos y muchos papelitos.
Maxi Antonelli
“Íbamos ganando por dos a cero y por ahí nos desconcentramos un poco. Es algo que tenemos que mejorar porque nos ha pasado en otros partidos. De todas maneras es un punto importante como visitantes y tenemos que seguir trabajando porque se viene una seguidilla importante de partidos.
Perdimos la pelota y no pudimos recuperarla, que es lo que teníamos que hacer. Hay que pensar en ganar el miércoles para acercarnos a la punta. Perdimos dos partidos seguidos y no estábamos acostumbrados. Ahora sacamos un punto de visitantea y hay que verle ese lado positivo”.
Germán Díaz
“En el primer tiempo jugamos bastante bien, tuvimos ocasiones de gol y las convertimos. En el complemento sabíamos que se nos iban a venir porque necesitaban los tres puntos, al igual que nosotros, y además eran locales. Tratamos de aguantar, pero se nos vinieron demasiado y nos empataron el partido.
Me sentí bien jugando desde el arranque. Por ahí a lo último se venían por todos lados y sufrí un poco el cansancio. Pensamos que podíamos mantener el ritmo del primer tiempo, sacarles la pelota y tratar de jugar de contragolpe, porque ellos iban a estar jugados. Antes del partido, hubiese firmado el empate”.
Hernán Meske
“Hicimos un buen primer tiempo, pero en el segundo fallamos en un par de cosas. No cortamos la pelota en la mitad de la cancha y no pudimos salir nunca bien de contra. También hay que reconocer que éste es un buen equipo y sabíamos que algo iban a hacer, más con el 2 a 0 abajo. Me parece que el empate es justo. Después de la semana que nos tocó vivir, si me decían antes del partido que firmara el empate, lo firmaba. Porque el estado anímico de todos nosotros no era el ideal. Pero bueno, se nos escapó y me da un poco de bronca. Ahora tenemos que pensar en ganar los dos partidos como local para tratar de acercarnos un poco más a la punta.
La verdad es que el aplauso para los muchachos es muy merecido, porque hicieron un esfuerzo bárbaro. En el segundo tiempo no pudimos jugar, pero hubo una entrega total. Así que el aplauso se lo merecen; ojalá que el miércoles podamos ganar de local y la gente los acompañe, porque después de lo de hoy demostraron que adentro de la cancha se matan por esta camiseta.
Lo peor que nos pasó a nosotros es haber terminado ese primer tiempo, y fue lo mejor para ellos. Estábamos más para hacer el tercero que ellos el descuento. En el ST se acomodaron, arriesgaron mucho más y nosotros cometimos el error de retroceder demasiado. Cada vez que cortábamos la pelota, Lucho y Maxi nos quedaban muy lejos. No había forma de meterles contras para, por lo menos, preocuparlos. Y bueno, nos llevamos un punto que antes del partido era importante por las cosas que pasaron durante la semana. Pero, por el trámite del encuentro, me quedé con un poco de bronca. Hay que ser inteligentes y saber que ahora tenemos dos partidos de local, y que si los ganamos nos acomodamos muy bien.
A veces, cuando vas ganando, el desorden del rival te contagia. En el segundo gol había por lo menos ocho o nueve grises adentro del área, viene el centro desde la derecha, y ese desorden a veces confunde al equipo que va ganando. El error de hoy fue que con los volantes nos metimos muy atrás y no pudimos robarles la pelota en tres cuartos o en la mitad de la cancha para salir rápido. Recuperábamos cerca de nuestro arco y los delanteros nos quedaron lejos. El empate nos sirve y, de estos nueve puntos en una semana, hay que sacar siete para seguir peleando. Ahora tenemos que ganar en casa”.
Se sacó la camiseta, la revoleó. Corrió más fuerte que nunca, buscó a la popular albiazul, se acercó al banco de suplentes. Se abrazó con sus compañeros, dedicó su gol, gritó más fuerte otra vez. Y otra vez…. Se desahogó. No una, dos veces. Unos minutos más tarde, una escena parecida. Aunque sin quitarse la 10. Fue Millares… Luciano, claro. El “Lucho” anotó dos y le dio al Azul la ventaja parcial, holgada. Que permitía una transitoria tranquilidad. Pero esa arremetida en el PT, fundamentalmente, era la respuesta-acto-reflejo de un plantel golpeado durante la semana anterior. Esos gritos de festejo del 10 se multiplicaron en el resto de sus compañeros, los que estaban dentro y los que estaban fuera de la cancha.
Millares rara vez perdona. ¿Y por qué La Emilia tendría que ser una excepción? ¿No lo marcás bien…? Pues, casi una obviedad, lo padecés. Así fue a los 25’ y a los 36’. Una defensa local que se adelantaba tratando de empujar contra el arco de Vallejos ofrecía vulnerabilidad. Y el CAEL lo supo aprovechar en el PT, pero no en el segundo. Desde el arranque se pudo ver a un local decidido a quedarse con la victoria en su cancha y darle otro golpe más al albiazul. Y aprovechó las debilidades que mostró la defensa linqueñista en su sector izquierdo, donde Rivoire estuvo como marcador ante la salida obligada -por suspensión- de Rubén Gómez. Por eso las subidas de Huber por su carril derecho fueron una amenaza en los primeros minutos del partido, pero sólo eso. El empuje del marcador de punta era acompañado por el buen juego de Alfeirán, “Makanaky” Díaz y Cía, pero no lograban inquietar en demasía a los de Lincoln. El Azul leyó bien el trámite del juego en esos minutos, descubrió aquellas falencias en la defensa pañera y también comenzó a disponer de situaciones. Con Millares y toda su potencia como plus para castigar a Vergara, más algunas insinuaciones de Antonelli, se puso a tiro en cuanto a opciones claras de gol. Lucho desbordó por derecha y el MaxiGol ganó en lo alto por izquierda, en el segundo palo, haciendo esforzar al guardametas. Iban 19’ y era la más clara desde que el platense Quijano pitó en el minuto 0. El albiazul era levemente superior y tuvo su recompensa. En una contra, inteligentemente comandada por Germán Díaz -ingresó desde el arranque como volante por la izquierda- se puso en ventaja. El roberense tomó el balón en su sector y lo transportó algunos metros, advirtiendo que Millares se relamía esperando el balón frente a la solitaria marca del central Delorfanello. Entonces, el futbolista surgido en las inferiores de Atlético Roberts la cruzó con un gran pelotazo y el Lucho hizo lo suyo, con alguna complicidad de su marca, que dudó entre buscar la redonda y mantenerse pegado al delantero. Millares definió con clase ante la salida del 1 y estableció la ventaja inicial, merecida por aquellos minutos. El CAEL estaba mejor y era superior al Pañero. Y esa superioridad se puso en evidencia nuevamente a los 36’. Esta vez, la asistencia para Millares fue generada por Andrés Alonso. El Gringo metió en profundidad y, una vez más, Luciano no perdonó. 2-0 y más gritos, más festejos, más desahogo. Para los jugadores, para el cuerpo técnico que siguió encabezado por Meske y para los más de 150 pasionales que alentaron desde la tribuna. Final del PT con olor a goleada en el complemento.
Pero el olfato estaba errado o, al menos, en el trámite del complemento se cocinó un empate luchado para los linqueños. La Emilia, con Díaz, Suárez y Gorosito como puntales, empezó a apretar contra su valla al 11 de Meske. El mediocampo albiazul, con un Alonso dolorido y ya sin la garra de Ale, Rúgolo y Germán Díaz, no podía hacerse del balón. Arriba, Luciano y Maxi -no tuvo un buen segundo tiempo- estaban aislados. A los 21’, cuando el Azul se había metido atrás y sufría el acoso de los pañeros, que iban e iban a buscar el descuento, el buen volante central Matías Alfeirán la mandó a la red. El l5 había recibido la devolución de Bahilo –en dudosa posición- y puso a tiro a su equipo. De allí hasta la igualdad, el CAEL mostró su peor faceta. Y lo pagó 4 minutos después, a los 25’, cuando Huber desbordó por derecha y su centro encontró el cabezazo goleador de Luciano Gorosito. El empate pareció herir al albiazul, que poco a poco fue mejorando su nivel de juego. Comenzó a tener más el balón aunque no llegó a fastidiar a Vergara. Pasó algún momento de zozobra después del 2-2, cuando Bahilo desperdició para La Emilia una buena chance. Pero se dedicó a administrar con inteligencia el tiempo restante y optó por asegurar ese punto que atenuó una semana vertiginosa.
Con el empate logró bajar los decibeles y reducir la tensión de los últimos días. Es que se viene la cuenta regresiva para la etapa final del torneo (ésa que ya lo tiene clasificado) y una semana con dos compromisos en su casa. El miércoles, con las ausencias de Schiavi y Millares (suspendidos por amonestaciones) recibirá a Gimnasia de Santa Fe. El fin de semana será el turno de Atlético Concepción del Uruguay. Se vienen los dos colistas de la Zona D y la situación complicada de los rivales será otro escollo en este duro certamen nacional.
SINTESIS:
La Emilia 2: Vergara, Huber, Zuliani, Dellorfanello y Carabajal; Suarez, Videla, Alfeiran y Gorosito; Díaz y Bahilo (39 ST Ayala).
Suplentes: Bonti, Ibarra, Añlderete y Nardone.- DT: Diego Osella.-
El Linqueño 2: Vallejos, Zarate, Cañón, Schiavi y Rivoire; Rugolo, Alonso y Díaz (49 ST Romera); Ale; Millares y Antonelli (40 ST Rosales).-
Suplentes: Giardullo, Faccioli, y Trecco.- DT: Hernan Meske.-
Goles: 2/’ PT y 36’ PT Millares (EL), 21’ ST Alfeirán (LE), 25’ST Gorosito (LE)
Estadio Jacinto “Gato” López
Arbitros: Pedro Quijano; L1: Marcelo Ferreira y L2: Oscar Nestares (terna de La Plata).-
Con “dedicatoria”
Luciano Millares explotó en su festejo del primer gol y, en menor medida, también en el segundo. La frenética semana que vivió el Azul encontró su desahogo después de los 20’, cuando el 10 venció la resistencia de Delorfanello primero y del 1 Vergara, después. Millares se sacó la camiseta, corrió raudamente hacia la popu visitante y le “dedicó” su golazo a uno de los hinchas que viajó hasta La Emilia.
Pocas luces
La limitada luz artificial del “Jacinto López”, el estadio de La Emilia Fútbol Club, es sentimental o algo por el estilo. Es que durante el festejo del primer tanto del albiazul, tres de los reflectores (situados sobre la tribuna popular visitante y el banco del CAEL) se apagaron y no volvieron a encenderse durante el resto del encuentro. Por eso, durante el segundo tiempo, sobre el sector derecho de la defensa del elenco de Meske la visibilidad era reducida… por falta de iluminación, claro.
Aplausos para Meske
Después de la semana de la renuncia y la vuelta de Hernán Meske, la parcialidad albiazul que se llegó hasta La Emilia recibió con una gran ovación al DT . También, la popular linqueñista (que se ubicó detrás del banco de suplentes) ofreció una colorida recepción a sus jugadores, que incluyó –además de los tradicionales cánticos- globos y muchos papelitos.
Maxi Antonelli
“Íbamos ganando por dos a cero y por ahí nos desconcentramos un poco. Es algo que tenemos que mejorar porque nos ha pasado en otros partidos. De todas maneras es un punto importante como visitantes y tenemos que seguir trabajando porque se viene una seguidilla importante de partidos.
Perdimos la pelota y no pudimos recuperarla, que es lo que teníamos que hacer. Hay que pensar en ganar el miércoles para acercarnos a la punta. Perdimos dos partidos seguidos y no estábamos acostumbrados. Ahora sacamos un punto de visitantea y hay que verle ese lado positivo”.
Germán Díaz
“En el primer tiempo jugamos bastante bien, tuvimos ocasiones de gol y las convertimos. En el complemento sabíamos que se nos iban a venir porque necesitaban los tres puntos, al igual que nosotros, y además eran locales. Tratamos de aguantar, pero se nos vinieron demasiado y nos empataron el partido.
Me sentí bien jugando desde el arranque. Por ahí a lo último se venían por todos lados y sufrí un poco el cansancio. Pensamos que podíamos mantener el ritmo del primer tiempo, sacarles la pelota y tratar de jugar de contragolpe, porque ellos iban a estar jugados. Antes del partido, hubiese firmado el empate”.
Hernán Meske
“Hicimos un buen primer tiempo, pero en el segundo fallamos en un par de cosas. No cortamos la pelota en la mitad de la cancha y no pudimos salir nunca bien de contra. También hay que reconocer que éste es un buen equipo y sabíamos que algo iban a hacer, más con el 2 a 0 abajo. Me parece que el empate es justo. Después de la semana que nos tocó vivir, si me decían antes del partido que firmara el empate, lo firmaba. Porque el estado anímico de todos nosotros no era el ideal. Pero bueno, se nos escapó y me da un poco de bronca. Ahora tenemos que pensar en ganar los dos partidos como local para tratar de acercarnos un poco más a la punta.
La verdad es que el aplauso para los muchachos es muy merecido, porque hicieron un esfuerzo bárbaro. En el segundo tiempo no pudimos jugar, pero hubo una entrega total. Así que el aplauso se lo merecen; ojalá que el miércoles podamos ganar de local y la gente los acompañe, porque después de lo de hoy demostraron que adentro de la cancha se matan por esta camiseta.
Lo peor que nos pasó a nosotros es haber terminado ese primer tiempo, y fue lo mejor para ellos. Estábamos más para hacer el tercero que ellos el descuento. En el ST se acomodaron, arriesgaron mucho más y nosotros cometimos el error de retroceder demasiado. Cada vez que cortábamos la pelota, Lucho y Maxi nos quedaban muy lejos. No había forma de meterles contras para, por lo menos, preocuparlos. Y bueno, nos llevamos un punto que antes del partido era importante por las cosas que pasaron durante la semana. Pero, por el trámite del encuentro, me quedé con un poco de bronca. Hay que ser inteligentes y saber que ahora tenemos dos partidos de local, y que si los ganamos nos acomodamos muy bien.
A veces, cuando vas ganando, el desorden del rival te contagia. En el segundo gol había por lo menos ocho o nueve grises adentro del área, viene el centro desde la derecha, y ese desorden a veces confunde al equipo que va ganando. El error de hoy fue que con los volantes nos metimos muy atrás y no pudimos robarles la pelota en tres cuartos o en la mitad de la cancha para salir rápido. Recuperábamos cerca de nuestro arco y los delanteros nos quedaron lejos. El empate nos sirve y, de estos nueve puntos en una semana, hay que sacar siete para seguir peleando. Ahora tenemos que ganar en casa”.