12 de marzo de 2007

Naranja exprimida




Ante la necesidad urgente de una victoria, Rivadavia respondió de local y bajó al puntero Real Arroyo Seco con otro tanto del gran goleador Diego Vera, quien le dio respiro a todo el albirrojo con una volea en el ST. Esta vez, a pesar de no jugar bien, el Rojo fue más que el Naranja y se quedó con un triunfo fundamental con vistas a la permanencia. En su regreso tras 4 meses, Manzoco fue clave en el mediocampo y se transformó en una de las figuras, junto a Franco y Schiavi. En la próxima fecha, Rivadavia recibirá a La Plata en otro encuentro decisivo para estirar ventajas con respecto al conjunto de la ciudad de las diagonales.


Qué mejor para recuperarse de una larga sequía de triunfos, que hacerlo ante el que llegaba como uno de los punteros de la zona. Y esta dura parada se le venía a Rivadavia en su casa, ante el Real Arroyo Seco. Pero el conjunto de Juan Carlos Pirez sacó de su interior todo el amor propio y, con un gol del enorme goleador Diego Vera en el complemento, sentenció una victoria que significa mucho más que los tres puntos. Porque, a pesar de jugar otra vez mal de mitad de cancha hacia adelante, el equipo se basó en la solidez defensiva y -nuevamente con el oportunismo de Vera- pudo desahogarse volviendo a una victoria que puede transformarse en su despegue anímico y futbolístico.
El trámite comenzó como era de esperarse. Con un local necesitado y yendo a buscar la victoria desde el pitazo inicial. Y así fue que se aproximó a los 3’, luego de una buena combinación entre Vera y Sepúlveda. Este último habilitó a Guillermo Suárez y el propio “Guille” no pudo rematar con potencia ante la seguridad del arquero Lucas Ischuk.
A partir de ese momento, el Real se acomodó y esperó tranquilo los avances de un albirrojo sin ideas. No obstante, el puntero intentaba controlar bien la posesión a través del buen manejo de su mejor jugador: el volante central Leonardo Acosta. Por su parte, la peligrosa dupla delantera Barreto-Barreiro era una alerta permanente para una firme defensa local. Así fue que Gerardo Fibiger estuvo atento para salir a cortar en tres cuartos, luego de una falla de Schiavi, para evitar la amenaza del goleador Barreto. Tras esa situación, Manzoco -en su regreso tras 4 meses de inactividad- se transformó en un pulpo y se comió el centro de la cancha, evitando que Rivadavia sufriera sobresaltos.
Pero la cuestión pasaba de tres cuartos hacia adelante. Ni Gho por derecha, ni Sepúlveda por izquierda, le daban claridad a los ataques. Y con un Suárez que tuvo una mala tarde, los ataques albirrojos brillaban por su ausencia. De esta manera Vera quedaba alejado de todo circuito y Rivadavia no tenía profundidad. Solamente los intentos individuales o algún contragolpe hacían creer en la apertura del marcador. A los 10’, insinuó Suárez escapándose por derecha en velocidad. Pero cuando llegó al fondo quedó sin ángulo y no alcanzó a rematar ante la presión de Vicente.
En el medio, Manzoco seguía robando pelotas y distribuyendo el juego. Pero nadie frotaba la lámpara para sacar el genio de adentro. Hasta que llegó un contragolpe terrible que Vera no pudo aprovechar. El goleador abrió de primera ante un rechazo y Suárez emprendió una gran corrida para volver a buscar al socio de la ofensiva. Vera la paró en el área y puso la mira; sin embargo su definición de derecha terminó en manos de Ischuk.
Luego el desarrollo se apagó y las imprecisiones se hicieron dueñas del partido. Recién a siete minutos del descanso volvió a acercarse el albirrojo. Y fue por intermedio de su mejor jugador, Gustavo Franco, quien luego de eludir dos marcas llegó a línea de fondo y sacó un buen centro que exigió a Ischuk para despejar el peligro. Parecía no encontrarle la vuelta el local que, para colmo, terminaría sufriendo. Porque antes del entretiempo Barreto tomó a la defensa mal parada tras un rechazo largo del Real y tuvo el grito en sus pies. Pero el uruguayo definió mal, de cachetada, ante la salida de Fibiger y la pelota se fue a un metro del palo izquierdo.
Tras el descanso no varió nada. Incluso comenzó peor Rivadavia, sin poder hacer pie con la pelota. El partido, por ende, se desdibujó del todo, ya que los dirigidos por Rogelio Nardoni se conformaban con el punto y no arriesgaban más de la cuenta. A los 14’ llegó la primera de peligro para la visita. Y fue luego de un jugadón del ex Rivadavia, Marcelo Long, quien había ingresado por Biggi. El buen volante se escapó por derecha y mandó un centro pase para Barreto, que le dio de primera. Pero Fibiger se estiró en el césped y con un gran esfuerzo evitó la caída.
La preocupación del público local aumentaba con el correr de los minutos y el equipo parecía no tener respuestas. Tuvo que esperar 21’ para arrimarse a Ischuk, luego de un remate mordido de Sepúlveda, quien comenzó a levantar su nivel y se vislumbró que algo podía cambiar en el ataque.
A los 27’, Bassa dejó la cancha dolorido para que ingresara Badano. Y al ratito el que se iría exhausto sería Manzoco, de gran nivel, para darle lugar a Rocha.
Un minuto después llegó el desahogo. Sepúlveda frotó la lámpara, armó una gran jugada y lo vio picar a Vera al punto penal. Levantó la cabeza y la tocó por encima de la cabeza del último defensor central. Entonces sí… En su hábitat natural, el “Gordo” la paró, la controló y de media vuelta sacó el derechazo goleador para vencer a Ischuk y emprender el festejo generalizado. Delirio, desahogo, alivio…
Tras el gol, Rivadavia se paró de contra y la obligación pasó a ser del visitante. Pero la solidez defensiva fue más fuerte que los intentos del Naranja. Leo Schiavi sacando todo y Gustavo Franco como figura sobresaliente encabezaron la muralla que formó el albirrojo para sostener, con dientes apretados, lo que viene buscando desde hace tiempo.
Tuvo otra Vera para liquidarlo de contra, pero Ischuk estuvo atento y la pellizcó antes.
Todos corrían, todos metían… Todos querían abrazarse a esa victoria. Y así fue, nomás. Tres puntos claves para recuperar confianza pensando en la permanencia. Por eso el festejo final. Festejo que se prolongaría con la derrota, sobre la hora, de Juventud ante Santamarina.




Rivadavia 1
Gerardo Fibiger
Sergio Bassa
Gastón Llanos
Gustavo Franco
Juan P. Manzoco
Leandro Schiavi
Gonzalo Gho
Juan C. Flores
Diego Vera
Alejandro Sepúlveda
Guillermo Suárez
DT: J.C. PIREZ
Francisco Ocaña
Franco Rocha
Joaquín Pirez
Fernando Badano
Carlos Bianciotti

Real Arroyo Seco 0
Lucas Ischuk
Leonardo Martínez
Rodrigo Pereyra
Sebastián Caroselli
Leonardo Acosta
Oscar Vicente
Darwin Barreto
Guillermo Leone
Maximiliano Barreiro
Juan Biggi
Alejandro Ojeda
DT: ROGELIO NARDONI
Matías Fuster
Daniel Rui
Pablo Azzoni
Marcelo Long
Marcelo Simó

Gol: ST 28’ Diego Vera (R)
Cambios: en Rivadavia, Badano x Bassa, Rocha x Manzoco y Pirez x Suárez; en Real, Long x Biggi, Simó x Barreiro y Rui x Caroselli.
Amonestados: en Rivadavia, Llanos, Manzoco, Schiavi y Sepúlveda; en Real, Leone, Pereyra y Long.
Arbitro: Facundo Díaz (Ayacucho)
Cancha: Rivadavia