28 de marzo de 2007

Argentino B - El Linqueño: A ganar y esperar


Una gran oportunidad que se dejó pasar. Después de dejar importantes unidades en el camino jugando como local, y cuando se estaban jugando los últimos puntos del certamen, el Azul seguía con posibilidades de clasificar -por sus propios medios- una vez más. 4 puntos de 6 en juego para meterse como segundo o tercero. Esa era la misión. Claro que enfrente, en esta 13ma. Fecha, estaba un rival con idénticas intenciones. El Linqueño y Juventud llegaban con idéntico puntaje (17) y un mismo objetivo: dar un gran paso hacia la clasificación. Los de Meske la tuvieron al alcance de la mano durante buena parte del partido pero, como sucedió en muchos partidos del torneo, no pudieron aguantarlo y se quedaron sin nada.
El inicio del partido en la noche entrerriana mostraba dos esquemas similares para pelear e intentar llevar peligro al arco rival. La Juve con un 4-4-2, aunque con Iván Bonzi con aires de enganche; el Azul con idéntico dibujo, sólo que -a lo largo del partido- se notó la falta de un conductor que le diera claridad de tres cuartos de cancha en adelante.
El CAEL pegó primero pero recibió duro después. Juventud mostraba mejores intenciones en el arranque pero el peligro para Vallejos era escaso. El local insinuaba a través de los hermanos Bonzi, pero sólo eso. Los de Gualeguaychú aprovechaban alguna que otra desconcentración defensiva de los de Lincoln, que sentían la ausencia de Schiavi y no se mostraban lo suficientemente seguros. De todas maneras, el albiazul pasaba algunos minutos de tranquilidad. Y también de alegría. Sí, a los 17’ logró ponerse en ventaja. Después de una serie de rebotes, Rúgolo –que se paró como doble 5 junto a Abdel Ale- robó un balón en el ataque y cedió para Martín García. El volante -uno de los puntos más altos del Azul- eludió a dos rivales y se encontró cara a cara con Pablo Schab, el 1 del local. Definió como un goleador, con sutileza, al primer palo del Uno y se abrazó con los suyos. Si la idea era traerse al menos un punto de Entre Ríos, momentáneamente serían 3 los que viajarían hasta Lincoln.
La apertura del marcador sirvió para que el CAEL se afirmara en todas sus líneas, consiguiendo que la Juve no pudiera lastimar en sus intentos. Lo más peligroso de los locales pasaba por los intentos de Facundo Garmendia, incluido un mano a mano con Vallejos que el Monito resolvió estupendamente. El Azul proponía mucho juego lejos de su valla y aguantaba con inteligencia, tratando siempre de buscar a sus delanteros Millares y Barbosa. El sector preferido era el derecho, apoyado en las interminables subidas de Martín García. Hasta que a los 33’ se anticipó el descanso del entretiempo. Una larga media hora de espera, producto de la falta de iluminación del estadio. De las 6 columnas sólo 2 quedaron encendidas y el partido entró en un letargo obligado, aguardando el reinicio. Tras el parate, el local salió furioso a buscar el empate antes del descanso pero chocó con un concentrado CAEL que se apoyó en la buena noche de Federico Rúgolo y Martín García. El PT terminó parejo, ninguno de los equipos sacó grandes diferencias. Sólo que los linqueñistas obtuvieron, tras una osadía de Martín, la ventaja parcial que les daba tranquilidad.
En el arranque del ST los locales repitieron nuevamente la búsqueda desesperada del empate. Y enseguida lo consiguieron. Segundos después del minuto 3, una pared cerca de la medialuna terminó en la red. Garmendia recuperó, cedió a Iván Bonzi y éste devolvió sobre el punto del penal. El 7 definió bien el mano a mano ante Vallejos y equilibró el marcador. Y de a poco, los roles del PT se fueron invirtiendo. Si el CAEL insistió más en el inicio, la Juve lo hizo en el complemento. Pero con mayor firmeza. Lo fue apretando contra su arco y acosó en demasía a Vallejos.
Cuando llegaba la media hora de la etapa final, El Linqueño repitió esos malos ST de algunos partidos como visitante y no pudo hacer pie. Y así fue que, antes de los 40, los locales lo dieron vuelta. Un contragolpe de Juventud, corrida mediante de Di Gianbatista, terminó en el 2-1. Entonces Meske decidió quemar las naves. Adentro Rosales y Trecco, para sumarse a Millares y Díaz -había ingresado hacía algunos minutos por Barbosa- para intentar encontrar el empate que nunca llegó. Tuvo un remate Millares, que contuvo bien Schab. También un tiro libre ejecutado por el 10 en el descuento, que rebotó en la barrera.
En la previa, Juventud se suponía como un obstáculo difícil pero no insalvable. Ese 1-0 del comienzo ilusionó a medio Lincoln con un resultado positivo en tierra lejana. Pero el CAEL no fue ese equipo fuerte como visitante que supo ser en los primeros encuentros del Clausura.
Toda la esperanza puesta en un resultado positivo en Gualeguaychú quedó en la nada. Pero la posibilidad de lograr una nueva clasificación está latente. Complicada, es cierto, pero no imposible. En muchos pasajes del torneo, el Azul encontró en resultados ajenos alegrías propias. Y, en la última de la etapa regular del Clausura, los números pueden favorecer. Primero deberá superar al siempre difícil Sportivo Las Parejas, que sostiene una dura lucha entre dos frentes: pelea por un lugar en los play-off pero todavía debe sumar para escaparle a la promoción. El de Meske tendrá bajas pero también retornos para intentar sumar y, con la suerte de su lado, terminar 2do. o 3ro. Y si no lo consigue, la ilusión igual seguirá encendida. Es que tiene guardado desde diciembre del 2006 el pasaje a las finales que alimenta el sueño del ascenso.